Con más de 2,000 creyentes practicantes, nuestra parroquia es una comunidad confiable. Esto nos permite a nivel regional enfrentar de manera efectiva cuestiones como los derechos de las mujeres y la asistencia a los migrantes, e interactuar directamente con los involucrados.
Estamos comprometidos a no dejar fuera a los miembros de nuestra comunidad que están enfermos o al final de la vida. Esta es la razón por la cual nuestros voluntarios establecen un vínculo estrecho con las clínicas y las residencias de ancianos.
El amor al prójimo no es un concepto abstracto: se basa en la comunicación constante y la ayuda mutua. Es por eso que tenemos especial cuidado de mantener un contacto social activo dentro de nuestra comunidad.